miércoles, 12 de octubre de 2011

LA FRONTERA

LA FRONTERA



Si me mirases ahora,
aquí sentado en esta playa,
podrías llamarme prisionero.
Podrías decirme:
“no salgas de tu isla,
no te adentres en el agua
que ruge en lo profundo,          n
no te entregues
a su dulce mordisco”.
Yo sonreiría
mientras mis ojos cerrados
construyen mi país.
La calma
en mis noches de tormenta,
donde la lluvia
no mojará mi alma.
La brisa
en el amanecer furioso,
donde el sol
no quemará mis sueños.
No sientas lástima por mí,
no me gobiernes.
Libre soy
en mis ciudades y dolores,
arrasando fronteras
con el ruido abrasador
de mi alegría y mi placer.

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